¿Dónde comienza esta idea?
Campanas por la salud en hospitales se introdujo por primera vez en 1996 en el centro MD Anderson de Houston cuando el almirante Irve Le Moyne, agradecido por haber finalizado su tratamiento de radioterapia regaló la campana de bronce de su barco al centro y se instaló en el campus principal.
A partir de ese día los pacientes que querían celebrar que habían finalizado el tratamiento tocaban tres veces la campana.
Enfrentarse a un cáncer asusta
La mayoría de las familias lo saben.
En España aparecen 200.000 nuevos casos cada año.
La tasa de supervivencia hace 40 años para el cáncer de mama era del 75%, actualmente es del 95% y anualmente se incrementa en un 1,4%
Fuente: AECC, SEOM
¿Cómo funciona?
Tocar tres veces la “Campana por la Salud” es el mejor sonido para expresar la alegría de un paciente por haber finalizado su tratamiento. Quien lo desee puede llevarse también una felicitación impresa como recuerdo de este emocionante momento.
¿Qué aporta?
Reduce la ansiedad que conlleva el tratamiento y es una nueva forma de revelar la felicidad de quien ha finalizado el tratamiento y a su vez, transmitir esperanza, recordando al resto de pacientes que se debe perseverar. Cada campanada supone poner un punto y final a una etapa ya superada y dar comienzo a una nueva, llena de alegría. Aumenta la unión entre pacientes, acompañantes y personal sanitario.
Estudio clínico
Campanas por la Salud desea que esta experiencia ayude a cualquier persona de cualquier hospital del mundo y sólo podemos conseguirlo si existe evidencia científica. Por ello esta ONG quiere demostrar mediante un estudio clínico, el impacto positivo en de aportar momentos de felicidad y bienestar a las personas durante su tratamiento.
Imagen/Video: Campanas por la Salud